lunes, 4 de agosto de 2014

Manifiesto una bandada, un no-olvido, otra colisión incorpórea.

Hay días que hacen resucitar a los pájaros muertos y te alegras. Después de la agonía, la lucha por matarlos, después de todo eso no puedes evitar una sonrisa que se te escapa de las comisuras, que te tiembla en los labios. Tus pájaros, tuyos. Sientes sus alas cosquilleándote por dentro de la piel. Los oyes piando, graznándote; su pico de acero y terciopelo tallando en ti belleza que ofrecer al mundo. Sin ellos eras un interior vacío, sin poemas ni estatuas. Nunca estuviste más muerto que entonces. Jamás nada podrá compararse a aquellos días, cuando el dolor te llenó de pájaros.

2 comentarios:

  1. No sabía que tenías blog, hasta he tenido que confirmar, y ahora aprovecharé para echar un ojo a todo lo que tienes.

    A ver, no suelo ser chico de muchas palabras, pero lo que has escrito es fácil de comprender y a mí me gusta porque de siempre me han encantado las metáforas con pájaros.

    Abre las jaulas y no tengas miedo. Déjalos cantar.

    Un saludo.

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