lunes, 18 de agosto de 2014

IV

«Sí, poeta : el amor y el dolor son tu reino.

Carne mortal la tuya, que, arrebatada por el espíritu,
arde en la noche o se eleva en el mediodía poderoso,
inmensa lengua profética que lamiendo los cielos
ilumina palabras que dan muerte a los hombres. »
Vicente Aleixandre


Nunca he querido más que hoy arrancar todas las flores de tu espalda.
Robarte las tijeras, la pluma y la voz,
arrancarte del cuerpo el quizás
(o arrancármelo a mí).

Ahogarte pero no como antes;
mientras el mediodía aún me sepa a pólvora
no podré perdonar.

Callarte y encadenarte,
encerrar tus palabras tóxicas en el pecho de un águila.

Mira mis manos sucias de tierra.
Nunca he querido más que hoy arrancar todas las flores de tu espalda.

domingo, 17 de agosto de 2014

Que no te mientan. (Que no te mientas)

Sí te pudres. . Ya has traspasado la barrera y cuatro leones te dan mordiscos y no has querido evitarlo. Estaba en tu mano y lo dejaste caer, y ahora. 
Deja de lamentarte si estás encogida en el rincón, si te aprietas el vientre con las manos y tus ojos se pierden en las malditas estrellas que ya no parecen tan cerca, ¿verdad?, porque es tu culpa. Tu culpa. Te mintieron y dijeron que el calor destierra al frío. Te mentiste y les creíste. 
Y sí te pudres. Piénsalo mientras ves cómo acecha la siguiente fiera, que danza a tu alrededor pensando en si sabrás a carroña. Mientras te incendias los pies para ver si vuelves a llegar al firmamento envuelta en chispas. Sí te pudres, y tu sombra te observa con la cabeza gacha.

lunes, 4 de agosto de 2014

Manifiesto una bandada, un no-olvido, otra colisión incorpórea.

Hay días que hacen resucitar a los pájaros muertos y te alegras. Después de la agonía, la lucha por matarlos, después de todo eso no puedes evitar una sonrisa que se te escapa de las comisuras, que te tiembla en los labios. Tus pájaros, tuyos. Sientes sus alas cosquilleándote por dentro de la piel. Los oyes piando, graznándote; su pico de acero y terciopelo tallando en ti belleza que ofrecer al mundo. Sin ellos eras un interior vacío, sin poemas ni estatuas. Nunca estuviste más muerto que entonces. Jamás nada podrá compararse a aquellos días, cuando el dolor te llenó de pájaros.